La Copa del Mundo, Tim Burton, Colombia 86 y el hijo de Kluivert
Breve repaso a Catar 22 antes de que comience Catar 22
Vuelve la Copa del Mundo, vuelven las discusiones sobre cromos, los debates sobre las camisetas (demasiado tradicionales para algunos, demasiado innovadoras para otros) y las campañas promocionales.
Las marcas de electrodomésticos tuvieron durante décadas una cita cuatrienal con la innovación, debían presentar sus nuevas pantallas a tiempo para los Mundiales. Ahora que otras pantallas han ocupado el espacio de la tele las campañas que mostraban a un señor en el sofá casi han desaparecido. Incluso las pizzas han desaparecido. Y por supuesto, las cervezas. A bote pronto puede sorprender que no vendan cerveza en los estadios, pero si lo piensas un poco lo verdaderamente terrorífico es que un estado que prohíbe (a su manera) el alcohol lo permita en algunas circunstancias si llega el fútbol.
Una Copa del Mundo, como unos Juegos Olímpicos, tienen unas normas propias que son aceptadas hasta por los legisladores más duros si quieren celebrar un Mundial en sus tierras. España 82 se despidió con un "Nos vemos en Colombia 1986", pero el torneo se celebró cuatro años después en México, no en Colombia. Poco después de España 82 Colombia renunció al Mundial que le habían otorgado, no podría cumplir las exigencias de la FIFA que incluían la construcción de 12 estadios con capacidad para 40000 personas, cuatro más de 60000, dos de 80000 y una serie de obligaciones más extrañas como una flota de limusinas para los directivos, aeropuertos que pudieran recibir aviones jet en todas las sedes o la libre circulación de divisas internacionales.
Esta Copa de Catar al menos puede presumir de haber iniciado un debate hasta ahora inexistente, la relación entre los grandes eventos deportivos y los derechos humanos. Ni en el último mundial en Rusia ni en los Juegos Olímpicos de Beijing se vivió este escándalo. España en 1982 ya había dejado morir a la dictadura de Franco, pero en 1966, cuando se decidió la sede, aun estaba vivito y matando. Ocurrió lo contrario en 1978, se había otorgado unos años antes a una Argentina casi democrática, pero el Mundial se celebró en una dictadura.
El deporte insiste en vincular su imagen con los valores humanos pero el deporte de elite necesita un aporte económico que no los comprende. Tres de los seis FIFA Partners son empresas de China o Catar, los grandes clubes están patrocinados o son propiedad de conglomerados empresariales de dudosa ética. Pero mantienen la idea del deporte como aprendizaje de valores.
Este Catar 22 parece ser la vuelta de las grandes campañas de Nike, que durante mucho tiempo nos acostumbró a esperar el Mundial para ver sus anuncios. Era otra época, sí. Nike buscaba su lugar en el fútbol y tenía que hacerlo a lo grande, espectaculares campañas con LO MEJOR. John Woo, Terry Gilliam y bandas sonoras de Sergio Mendes o Elvis Presley. La respuesta de adidas estuvo a la altura, con un +10 que se recuerda como una de las mejores campañas de la marca. Pepsi se apuntó a la receta de campañas con humor, sorpresas y muchas estrellas.
Dicen que los gitanos no quieren buenos comienzos y aquellas campañas de Nike fueron demasiado buenas, el nivel fue bajando hasta casi desaparecer. En un mundo en el que las redes sociales tenían más peso que la tele las grandes campañas no tenían sentido. ¿Alguien recuerda qué preparó Nike para Rusia 2018?
De Footballverse, la nueva campaña de Nike, me quedo con la mezcla de generaciones, Ronaldo, Mbappé y los hijos de CR7 y Kluivert. Entre las curiosidades, aparecen jugadoras a pesar de que solo se celebra la Copa del Mundo masculina. De Bruyne juega en un club Puma y una selección adidas, por lo que lleva una camiseta genérica Nike. Nos podría parecer normal, pero en tiempos lejanos, en aquella campaña mítica del bien contra el mal Nike no tenía problema en mostrar otras marcas. Sí, el cuello que Cantona levantaba era de una camiseta Umbro. Y eso fue mucho antes de que Nike comprara Umbro.
Dos ausencias me llaman la atención, Ada Hegerberg (citada) y Eric Cantona, que solía aparecer en pequeños cameos en anuncios de Nike una vez retirado. Ambos son bastante críticos con Catar. El rollo del metaverso, en el que coincide con adidas, no es más que una herramienta para explicar cómo se crean personajes en mundos paralelos, una historia recurrente en la literatura y el cine. Un ejemplo es Weird Science (La mujer explosiva en España), una película y una serie posterior en la que dos nerds acosados por los típicos deportistas crean la mujer perfecta (Kelly LeBrock en la peli, Vanessa Angel en la serie). La peli es de John Hughes, un habitual de las comedias para adolescentes de los ochenta como Sixteen Clandles, The Breakfast Club, Ferris Bueller's Day Off o Pretty in Pink.
El guiño a la película aparece en la banda sonora del anuncio, la canción que Oingo Bongo creó expresamente para John Hughes. No era la primera vez que Oingo Boingo, un extraño combo de ska, rock y punk, participaban en una película, pero Weird Science fue su mayor éxito y el motivo por el que uno de los miembros de la banda pasó a componer bandas sonoras. Desde las primeras de Tim Burton a Los Simpson, Men in Black o Spider-Man, Danny Elfman ha tenido una relación guadianesca con Oingo Boingo y ahora es considerado como uno de los grandes creadores de bandas sonoras en el cine. Aunque puede que haya ganado más dinero por recuperar una canción de cuando era punk.
La pregunta es si Colombia sabia o almenos si la fifa le advirtio que estaba pensando mas adelante de aumentar de 16 a 24 el numero de paises participantes porque cuando le asignaron la sede del 86 fue en 1974 y aún se jugo con 16 equipos hasta Argentina 78 y eran 4 grupos. Si la fifa lo mantenía así hasta el 86 creo que por ahí pudo jugarse solo en 4 sedes o almenos preparar que se yo Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla para albergar el evento. En fin después con los tantos requerimientos que les pidió a los Colombianos fue prácticamente una invitación a rechazar la organización